martes, enero 24

"at war"

me pides que esté cerca
y llenas el camino hacia ti
con minas asesinas

me pides que hable
pero siempre callando
lo que aqueja a mi ser atormentado

yo, para no pisar las minas
yo, para hablar callando
cruzo el mar de desvaríos
montada en un velero de tinta cibernética

la comunicación se vuelve simulacro
la honestidad y la transparencia teatro
ya no hubo, ya no hay, ya no habrá
derroche de pensamientos ni de alientos

ya no hay cuerpos sin chalecos antibalas
porque los tanques,
aunque se hayan vuelto hologramas,
siempre dispararán sus municiones asesinas

tú,
comandante que se rige por un código de silencios
yo,
soldado raso intentando vivir en un mutismo
atormentado por palabras malolientes
que sólo serán escuchadas por mi propia mente

palabras huérfanas que se arrastran
hasta el acantilado del olvido
palabras malnacidas en el no ser
de la deformación de mi carácter

quisiera encontrar el 10-4
que activó el comando
para el comienzo de la deformación

por el momento,
y mientras no lo encuentro,
hundo el barco que atravesó
"the perfect storm"...

© Siumell González Bermúdez


lunes, enero 16

piso 13-viernes 13-calle 13

*Por Siumell-González Bermúdez

Al montarse en el carro en la mañana para ir a trabajar los “locutores” estaban hablando de las superticiones y el viernes 13. A raíz de un martes 13 se había fijado que en el condominio donde vive no había piso 13. Siempre que subía a visitar al chico del 18 miraba como cambiaba la pantalla del 12 al 14. Suponía que aquel sitio era a prueba de tsunamis, terremotos, huracanes, etc… y todo porque no tiene el famoso piso 13.

Pero este día comenzó a pensar qué habría en el 13 inexistente de aquel edificio… ¿sería una dimensión desconocida?... tal vez un antro de orgías, tal vez un sitio de libertad, tal vez una iglesia, tal vez el limbo, tal vez el purgatorio ¿quién sabe? Le tentaba mucho jugar a parar el ascensor en ese limbo entre el 12 y el 14. El vecinito le detuvo la puerta del ascensor cuando fue a comprar una Coca-Cola para que no tuviera que esperar por la caja de metal. De más está describir lo que pasó en la caja plateada entre el 12 y el 14. La cosa pasó de la reflexión del viernes 13 y el piso 13 inexistente al “sandungueo descarado” del chulin-chulin-chun-fly del Residente Calle 13…

Cuando llegó al trabajo se dio cuenta que la palabra del día era nada más y nada menos que “bullion”. Definitivamente todo ese día había había tenido que ver con altas temperaturas, puntos de ebullición y calor…!