domingo, enero 7

Vuelos inciertos

Después de dar vueltas decidió sentarse en la terraza a contemplar la vista. El propósito: no pensar en aquella incertidumbre o pensarla hasta la saciedad… Al final los opuestos terminan siendo siempre iguales. El día estaba extrañamente frío y los mosquitos decidieron hurgar la carne humana, ya no en busca de sangre sino de un poco de calor. Volaban de manera errática, accidentada, zigzagueante… en fin de manera incierta (como suelen hacerlo siempre). Así como le huía al pensamiento de aquella incertidumbre llena de dolorosos placeres, también huía de los mosquitos cuyo vuelo, a pesar de ser incierto, no tenía otro destino más que el de su piel. Cuando logró sacárselos de encima miró al cielo y vió dos bombas desplazarse libremente... de manera incierta a través de su lienzo azul y frío. En ese momento supo que en otro espacio y en tiempos paralelos aquellas bombas también cruzarían tu lienzo. Y aunque en el camino tal vez se pueda sacar la máxima diversión y lujuria de este juego sadomasoquista… lo claramente cierto es que nadie sabe a ciencia cierta si desea el fin de la incertidumbre ni si la misma mostrará la deferencia de sujetarse a un “deadline”.

4 Comments:

At enero 09, 2007 2:03 a.m., Blogger DaViD CaNo said...

la incertidumbre en cierto modo nos ayuda a escapar de la monotonía, sin preguntarnos nada, así es ella...

 
At enero 17, 2007 3:20 a.m., Anonymous Anónimo said...

BRAVAAAAA!!!!!!!!

 
At enero 25, 2007 2:30 p.m., Blogger Antagónica said...

cierto!

 
At mayo 10, 2008 9:52 p.m., Anonymous Anónimo said...

La incertidumbre es propiamente el vuelo incierto, es el horrible virus de la no decisión, es el razonamiento sin sentido del mosquito, es un quiste que muchas veces es imposible de sacarse de encima.
Volar inciertamente a veces da libertad, placer, un horizonte inimaginado, tal vez un horizonte en donde la incertidumbre no exista.

 

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